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El menor migrante y su lucha contra la pobreza y la desnutrición:

  • Cristina Torcuato Calderón
  • 15 oct 2021
  • 4 Min. de lectura

Realidades ocultas entre la frontera de Guatemala y México


A nivel mundial, uno de los problemas que más afectan a la niñez es la desnutrición provocada por el hambre crónica, considerada como el principal riesgo de salud (UNICEF, 2011). De acuerdo con el Banco Mundial (2018), la desnutrición aqueja en mayor medida a los niños y las niñas con respecto a enfermedades como el SIDA, la malaria y la tuberculosis juntas. Problemática que afecta a alrededor de nueve millones de infantes en el mundo, de los cuales muchos mueren antes de los cinco años (UNICEF, 2011). Aunado a ello, la falta de capacidad de aprendizaje es producto de la mala alimentación, situación que limita sus oportunidades para una vida futura.


Ahora bien, la pobreza extrema que sufren las familias fronterizas de Guatemala y México genera movimientos transnacionales en la búsqueda de nuevas oportunidades, con la finalidad de poder tener acceso a alimentos, servicios de salud, educación, trabajo y mejores oportunidades económicas. Dichos movimientos poblacionales se llevan a cabo por familias completas; en el caso de las familias fraccionadas, algunos integrantes quedan a la espera de remesas que mejoren sus condiciones de vida en el lugar de origen.


La migración de ciudadanos de Guatemala hacia la zona del Soconusco, en Chiapas, México, se realiza con el objetivo de trabajar en las fincas cafetaleras. En muchos de los casos, las familias completas participan de la vida laboral, incluyendo niños y niñas que son insertados en el corte de la cereza del café (Ayala et al, 2013).


Debido a las condiciones precarias de vida de los migrantes, esta población vulnerable acepta condiciones laborales que los exponen a sufrir abusos y discriminación. Ellos y ellas son sometidos a explotación laboral y otras vulneraciones a sus derechos humanos.


Por otra parte, el trabajo infantil en estas fincas está presente y, aunque no se reconozca como tal, es importante resaltar que la problemática expone a los menores a un mayor grado de vulnerabilidad en comparación con los otros migrantes. Ayala et al (2013) señalan que los infantes, a través de “acompañar” a sus familiares al corte de café, complementan el ingreso familiar con su participación. Bajo este contexto, se evidencia que el trabajo de menores existe para el beneficio de estas fincas pues aportan ingresos a favor del sector privado, sometiendo a los menores a trabajos forzados sin que exista una protección del Estado para evitar y erradicar dichos abusos.


Esta situación nos invita a reflexionar con respecto a la migración laboral como hipótesis de la mejora en las condiciones de la niñez, dando cuenta del aspecto alimenticio, de servicios de salud y de garantías sociales. Se debe tener en cuenta que, al ser expulsados de sus comunidades de origen, permanecen en los sitios laborales de destino bajo condiciones de migrantes y, desafortunadamente, ninguno de los gobiernos de ambos países involucrados se ha preocupado por resolver esta problemática o garantizar los derechos infantiles.


La pobreza que enfrentan los niños y niñas en las comunidades fronterizas de Guatemala y México obliga a los jefes o jefas de familia a movilizarse. Sin embargo, esta situación no les garantiza la obtención de ninguno de los objetivos, pero sí representa vivir bajo un esquema de discriminación o estigmatización al encontrarse permanente mente en un “estatus” que resulta en la exclusión social.


Muchos de los niños y niñas que viajan con sus familias a las fincas cafetaleras en Chiapas, México, se enfrentan a condiciones de vida deplorables y condiciones de desnutrición severa, sin señalar la violencia a la que son sometidos y que, en muchas ocasiones, termina con sus vidas.


La desnutrición en los niños y las niñas migrantes es un problema crónico, incluso desde antes de su nacimiento, dado que las madres no reciben las atenciones necesarias durante el periodo del embarazo, lo que termina de reafirmar las consecuencias en contextos de pobreza y de vulnerabilidad social a la que son sometidos los infantes (FAO, 2008).


La migración laboral estacional, de Guatemala hacia México, muestra la realidad de los niños y las niñas, donde su condición nutricional es más acentuada que aquellos que permanecen en sus lugares de origen. Esta aseveración nos conduce a preguntarnos si la migración infantil es una solución real a las necesidades poblacionales. Sin embargo, aquellas familias que logran llegar a los Estados Unidos de Norte América, pareciera que si hay una diferencia en la mejora en su condición de desnutrición (Ayala et al, 2013). Este último señalamiento merece estudios que puedan dar solidez a dicha respuesta, así mismo, invita a replantearnos las políticas migratorias en América Latina.


Finalmente, es necesario no solo realizar evaluaciones respecto a los miembros de las familias que permanecen en las comunidades de origen, habría que preguntarse a) ¿Cuál sería el resultado de realizar comparaciones con los niños y niñas migrantes y los de los lugares de destino?, b) A nivel nutricional ¿existe un derecho efectivo a la alimentación a favor de los niños? ¿Qué condiciones debe cumplir tal derecho? o ... ¿solamente hablamos de mayor acceso a alimentos, aunque estos sean de menor calidad nutritiva?


  • Banco Mundial. (2018). Nutrición, panorama general. En línea https://www.bancomundial.org/es/topic/nutrition/overview#1

  • FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura). (2008). Plan nacional de combate a la desnutrición infantil 2008-2015. Panamá: FAO.

  • UNICEF (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia). (2011). La desnutrición infantil. Causas, consecuencias y estrategias para su prevención y tratamiento. Madrid: UNICEF.

  • Ayala-Carrillo, M. R., Lázaro-Castellanos, R., Zapata-Martelo, E., Suárez-San Román, B. & Nazar-Beutelspacher, A. (2013). El trabajo Infantil guatemalteco en los cafetales del Soconusco: “insumo” que genera riqueza económica, pero nula valoración social. Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud, 11 (1), pp. 659-673.


2 Comments


Juliana Rodríguez-Patarroyo
Juliana Rodríguez-Patarroyo
Oct 15, 2021

Desde 2007 La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) "celebran" cada 16 de octubre el Día Mundial de la Alimentación. Es aún increíble que niños sigan muriendo de hambre cómo bien lo desarrollas en tu artículo.

Gran reflexión Cristina

Saludos

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Rebeca Viñuela
Rebeca Viñuela
Nov 02, 2021
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El mundo sigue lleno de desigualdad. Es una consecuencia lamentable de un sistema injusto.

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