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¿Por qué Gustavo Petro podría convertirse en presidente de Colombia?

  • Aitor Diaz-Maroto Isidro
  • 9 dic 2021
  • 5 Min. de lectura

Actualizado: 10 dic 2021

La respuesta a la pregunta que sirve de título a este artículo es sencilla: porque, al menos de momento, se presenta en solitario a las presidenciales de 2022. Con esto podríamos dar por cerrado este texto, ponerle punto y final, y ponernos a hacer cosas más interesantes. Sin embargo, creo que es necesario desarrollar un poco esta idea e ir señalando los puntos clave del argumento que tan a bocajarro he soltado.

El pasado 8 de noviembre, la Revista Semana realizó un debate de, según ellos, “pesos pesados” a la Presidencia de Colombia 2022. En él participaron Federico Gutiérrez (precandidato de Creemos Colombia, partido que se encuentra dentro de la Coalición Equipo por Colombia), David Barguil (candidato del Partido Conservador), Enrique Peñalosa (precandidato de Colombia Posible, incluido en la Coalición Equipo por Colombia), Juan Carlos Echeverry (precandidato de Pa’Lante Echeverry, plataforma incluida también en la Coalición Equipo por Colombia) y Rodolfo Hernández (empresario que marcha como candidato independiente). Todos los candidatos que participaron se encuentran dentro del espectro político de la centroderecha (definido con brocha gorda), a excepción de Rodolfo Hernández, exalcalde de Bucaramanga, cuya ideología se podría resumir en la expresión “hernandismo”. Sin embargo, el ganador del debate fue Gustavo Petro, precandidato del Pacto Histórico que ni siquiera participó del debate. ¿Por qué ocurrió esto? Porque todos los participantes, a excepción de Rodolfo Hernández, no debatieron ni hicieron propuestas, se dedicaron a responder con un mantra casi sagrado para cierto sector político colombiano: “Si gana Petro, nos convertiremos en Venezuela, vótenme a mí”.

Volvamos a hacernos la pregunta: ¿por qué Gustavo Petro ganó un debate en el que no participó? Por dos motivos; su omnipresencia en el “argumentario” de casi todos los precandidatos presentes, y, como señaló el candidato Rodolfo Hernández: “Petro es consecuencia de la corrupción y el mal gobierno, por eso va ganando en las encuestas”. Además de este argumento, yo añadiría dos elementos clave (y de eso intentaré hablar a continuación): tiene un discurso muy claro que gira en torno a la esperanza y al cambio; y es el único que está haciendo campaña mientras el resto se mata a navajazos.

Encuesta tras encuesta, el precandidato del Pacto Histórico, Gustavo Petro, continúa imbatible al frente de las mismas. Si bien es cierto que la última encuesta de Datexco del 2 de noviembre da por primera vez la victoria en segunda vuelta a Sergio Fajardo (precandidato de la Coalición Centro Esperanza) o a Juan Manuel Galán (precandidato del Nuevo Liberalismo, y miembro de la Coalición Centro Esperanza) frente a Petro, nadie rivaliza con el candidato de izquierdas del Pacto Histórico (W Radio, 2021). A pesar de que Petro todavía es precandidato presidencial de su coalición, nadie duda de que se hará con la victoria en la consulta interpartidista que se celebrará en marzo de 2022 y, previsiblemente, con la presidencia (Valencia, 2021). Sin embargo, y aquí viene el primer punto a analizar, ya está haciendo campaña como si fuese el candidato oficial. Mientras que recorre todo el país, llena plazas y actos públicos e, incluso, arranca vítores en Medellín (feudo histórico del Centro Democrático y la derecha colombiana), el resto de las figuras que se perfilan como adversarios del político de izquierdas continúan envueltos en una lucha intestina al interior de sus propias coaliciones o repitiendo los mantras de “Petro es Venezuela” y “Vamos a conseguir la unidad” como único argumento político. Petro, a día de hoy, es el único candidato que está haciendo campaña para las presidenciales.

Además de jugar la baza de ser candidato sin ser nombrado oficialmente como tal, Petro tiene en su mano la carta de la esperanza, del cambio. Desde su derrota en segunda vuelta frente a Iván Duque (del Centro Democrático) en 2018, Petro ha conseguido enfocarse como la mejor figura de oposición al gobierno Duque. Incluso Claudia López, alcaldesa de Bogotá tras las elecciones de 2019 y que se perfilaba como dura adversaria de Petro en la oposición a Duque, acabó perdiéndose como referente tras su gestión de la pandemia del Covid-19, de la inmigración venezolana en la capital del país y del estallido social vinculado al Paro Nacional. Parece que, frente al gobierno Duque, el único opositor es Gustavo Petro. Y así se comporta y hace campaña el precandidato del Pacto Histórico, armando y divulgando un discurso y una serie de propuestas que se centran en la esperanza y el cambio en la manera de gobernar en Colombia. Esto queda demostrado una y otra vez en cada uno de los actos públicos en los que participa, sus mítines, sus paseos por las calles de diferentes localidades y en sus discursos. Igualmente, tal y como señala Jerónimo Ríos, la estrategia que parece haber iniciado Petro de suavizar su mensaje y reunirse con sectores con los que rivalizaba (empresarios, movimientos cristianos, etc.), puede que sea clave en su constante auge electoral (Ríos, 2021).

Por otra parte, como hemos mencionado, el resto de precandidatos y candidatos presidenciales están perdidos o envueltos en una maraña tal que les impide enfocarse en conseguir hacer sombra al favorito de todas las encuestas. Mientras que los precandidatos de la Coalición Centro Esperanza (entre los que destacan Sergio Fajardo y, quizás, Juan Manuel Galán) están más empeñados en ver quién lleva la corona de candidato y muestran que su único programa es la apelación a la unidad del centroizquierda, el ataque a Petro y el reparto de poder dentro de la coalición, la Coalición Equipo Colombia lucha por resucitar el lema que sirvió a Iván Duque para vencer en 2018 a Petro: “Si Petro gana, seremos Venezuela”. Pero lo que realmente les interesa es, de nuevo, saber quién va a ser el candidato a la Presidencia. Por último, el Centro Democrático tiene por delante una dura misión: hacer ver a su electorado que Óscar Iván Zuluaga es la mejor opción para competir con Petro. Por el momento, está pareciendo misión imposible y el electorado uribista está muy desmovilizado. El desgaste tan grande al que ha sometido Iván Duque al partido con su gobierno y los problemas jurídicos de Álvaro Uribe, expresidente y líder indiscutible del partido, hacen pensar que el Centro Democrático sufrirá el mayor batacazo electoral de su historia (Ríos, 2021).

Como se señaló al inicio de este breve texto, Gustavo Petro tiene todo de cara para hacerse con la presidencia de Colombia: es el único candidato firme hasta el momento, ya está en campaña electoral, tiene de su lado las propuestas y la idea y esperanza del cambio, y es la única figura visible de oposición al gobierno de Iván Duque. Igualmente, la constitución de la coalición en la que participa (el Pacto Histórico) a base de partidos de izquierda y movimientos sociales muy vinculados al Paro Nacional y las movilizaciones de 2019, 2020 y 2021, hace que tenga un apoyo social aún más firme y extendido. En definitiva, a modo de conclusión, podemos decir que Gustavo Petro es la figura de la esperanza en el cambio para muchos colombianos y que, paso a paso, tiene la Presidencia a mano.



Bibliografía:

W Radio (2021): “Gustavo Petro lidera intención de voto, según encuesta Datexco” en W Radio (02/11/2021). Localizado en: https://www.wradio.com.co/noticias/actualidad/gustavo-petro-lidera-intencion-de-voto-segun-encuesta-datexco/20211102/nota/4175297.aspx.

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